Una frase comúnmente utilizada cuando se quiere restar importancia a algo o alguien, es la de: “me importa un rábano”. Viendo las propiedades que tiene dicha hortaliza, el rábano es más que importante, sobre todo para nuestra salud. Veamos algunas de sus propiedades.
Los rábanos contienen silicio, mineral que fortifica las arterias, tendones, piel, cartílagos y es excelente para la vista. Junto con las cebollas y los ajos, los rábanos parecen tener una importancia muy grande en la inhibición de las células cancerosas. El uso de estos alimentos de una manera habitual en las comidas puede ayudar a evitar esta enfermedad. Es un buen antioxidante por contener gran cantidad de vitamina C. Por su gran poder diurético es muy recomendable que la coman los obesos, artríticos, hipertensos y las personas que necesiten eliminar piedras o arenilla de los riñones o de la vesícula. Por su riqueza en fibras arrastra residuos intestinales previniendo infecciones y evitando el estreñimiento. El jugo de rábano utilizado externamente ayuda a curar heridas de la piel. Como la mayoría de los miembros de la familia de las crucíferas, poseen isotiocinatos, unos componentes que ayudan a disminuir la producción de hormonas por parte de las tiroides, por lo que puede utilizarse como recurso natural para controlar el hipertiroidismo.
Los egipcios los utilizaban abundantemente en su alimentación junto con el ajo, cebolla o pepinos, era dieta obligada en los constructores de pirámides, porque les daba fuerza e impedía que cayeran enfermos. Temporada: de mayo a julio.