El tomate, rey del verano

¡Como prescindir del tomate cuando llega el verano!. Grandes, pequeños, dulces, ácidos…Es la mejor época para degustarlos. En ensalada, rellenos, triturados etc. El tomate forma parte de la cocina en todo el mundo, especialmente en la región del Mediterráneo. Su consumo diario proporciona muchos beneficios a nuestra salud además de mejorar el sabor de nuestras recetas. Vamos a dedicarle un espacio en exclusiva al tomate.

Los beneficios del tomate para la salud son conocidos por la humanidad desde hace siglos. Fuente abundante de antioxidantes, vitaminas y minerales. Ayuda entre otras cosas a: reducir el colesterol, la hipertensión, proteger el corazón, mejorar la visión, mantener el intestino sano. Previene las infecciones del tracto urinario y los cálculos biliares. El consumo diario de tomate cumple con los requerimientos diarios de vitaminas y minerales. Protege la piel contra los rayos UVA. Ayuda a mantener sanos los dientes, huesos y piel. El tomate ocupa un lugar destacado en la preparación de productos contra el envejecimiento. La aplicación tópica de jugo de tomate se utiliza para curar quemaduras.

El tomate es originario de los bajos Andes, y fue cultivado por los aztecas en México. La palabra azteca “tomati” significaba “fruta hinchada”. En el siglo XV el tomate tenía una buena reputación en México, pero obtuvo mala fama en Europa y durante algún tiempo se detestaba y era causa de desprecio. El tomate, junto con el maíz, la patata, el chile y la batata fueron introducidos en España a principios del siglo XVI gracias a los viajes de Colón. Los italianos le dieron el nombre de pomodoro (manzana dorada) y para comienzos del siglo XVII, los tomates se habían convertido en alimento popular del país. No obstante, casi doscientos años después, los horticultores del norte de Europa seguían sin dejarse convencer y los cultivaban sólo con fines medicinales o decorativos. Las dudas se disiparon cuando la gente empezó a probar el fruto, a partir de ese momento se popularizó su cultivo. La transformación de ingrediente medicinal en ingrediente culinario común empezó lentamente en el siglo XVIII. Durante el siglo XX un creciente mercado de sopas, jugos, salsas de tomate y como no, la popular pizza, convirtió al difamado tomate en el fruto más popular de la Tierra.

Algunos herbolarios atribuyeron al tomate propiedades energizantes y afrodisíacas y fue incluido por los alquimistas en brebajes y pociones mágicas en los años 1500/1600. Esto explica los diferentes nombres que recibió la planta en Europa: “pomme d’amour” en francés, “pomodoro” en italiano “libesapfel” en alemán y “love apple” en inglés. Hoy, en todos los idiomas, excepto en italiano, se han sustituido esas viejas expresiones por derivaciones del término original azteca “tomati”

Hoy en día es difícil imaginarse una alimentación sin que el tomate esté presente por el gran número de recetas que lo incluyen como ingrediente principal. Crudo, frito, cocido, en salsa, en zumo…etc. es un alimento básico en la cocina, sobre todo en época estival.

Principales variedades de tomates que podemos encontrar fácilmente en los mercados: Tomate corazón de buey, tomate pera, tomate de rama, tomate cherry o cereza, tomate de Montserrat, tomate Raf, tomate rosa. Los tomates maduros son adecuados para la cocción, los tonos rosados y verdosos son ideales para las ensaladas.

Aunque el tomate está normalmente incluido dentro del apartado de verduras y hortalizas, es de hecho una fruta de la familia de las solanáceas.

Uso tópico: El tomate puede ser útil en casos de quemaduras solares, acompañadas de temperatura corporal. Colocar rodajas frías de tomate sobre las zonas afectadas.

Para ayudar a desinflamar picaduras de insectos, forúnculos o abscesos, aplicar rodajas de tomate en la zona afectada.

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